Desde la primera edición del Super Bowl, celebrada en 1967, el descanso del partido ha contado con un espectáculo musical. En sus primeros años, estos shows estaban protagonizados principalmente por bandas de música de universidades estadounidenses, que ofrecían presentaciones tradicionales durante el intermedio del partido.
Sin embargo, con el paso de las décadas, el Halftime Show se transformó en un evento de gran escala, y su protagonismo fue aumentando conforme la popularidad del Super Bowl creció.
Originalmente, el show era una simple pausa en el partido, pero a medida que el Super Bowl fue ganando audiencia, la NFL comenzó a explorar la idea de contratar artistas más conocidos. En sus primeros años, las presentaciones de bandas de universidades como la “University of Arizona Symphonic Marching Band” en 1967 eran el plato fuerte del descanso. No obstante, fue en los años 70 cuando la NFL comenzó a ver el potencial de atraer a grandes estrellas de la música.
En 1993, se dio el gran salto con la contratación de Michael Jackson para el Super Bowl XXVII. Su actuación, que incluyó a 3500 niños cantando “Heal the World”, marcó un antes y un después. El show fue un éxito rotundo en cuanto a audiencia, y a partir de allí, la NFL apostó por artistas más grandes y populares para los siguientes eventos.
Con el paso de los años, el Halftime Show se fue consolidando como una plataforma global de promoción para los artistas más populares del momento. En 2002, U2 ofreció una actuación que trascendió más allá de la música. Durante la canción “Where the Streets Have No Name”, Bono rindió homenaje a las víctimas del atentado del 11 de septiembre, lo que convirtió su actuación en un momento histórico de la televisión estadounidense.
Sin embargo, no todos los espectáculos fueron bien recibidos por el público. En 2004, el Halftime Show del Super Bowl XXXVIII, protagonizado por Janet Jackson y Justin Timberlake, se vio envuelto en una enorme controversia. Al final de la actuación de “Rock Your Body”, Timberlake accidentalmente despojó a Jackson de una pieza de su vestuario, lo que provocó la exposición momentánea de uno de sus senos, un incidente que fue rápidamente difundido por internet y que pasó a la historia como “Nipplegate”. Este escándalo le costó a CBS una multa de 550,000 dólares, y desde entonces, los espectáculos en vivo se emiten con un retardo de cinco segundos en los Estados Unidos para evitar situaciones similares.
Hoy en día, el Halftime Show es una de las mayores atracciones del Super Bowl, no solo por la música, sino por su impacto cultural. Artistas como Beyoncé, Prince, Shakira, The Weeknd y, más recientemente, Rihanna, han utilizado este escenario para ofrecer actuaciones espectaculares que no solo emocionan a los fanáticos del fútbol, sino a millones de personas alrededor del mundo. Cada año, el espectáculo sigue evolucionando, pero lo que está claro es que el Halftime Show del Super Bowl se ha ganado un lugar en la historia del entretenimiento, como uno de los eventos musicales más grandes y esperados del planeta.